SANTAS LLAGAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO QUE SALVAN AL MUNDO

Santas Llagas del Señor
y lHna. María Marta Chambon, de la Visitación de Santa María

Por : Marco Antonio Guzmán Neyra | Facebook


"Fue traspasado por nuestras iniquidades... y en sus llagas hemos sido curados" (Is 53,5).
“Cristo..., cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz..., por sus llagas habéis sido curados” (1P 2, 21. 24. 25).



Algún autor ha escrito que la devoción a las Santas Llagas del Señor es tan antigua como la del Santo Crucifijo.
El Papa Juan XXIII escribió en su Diario: "Últimamente me siento movido, de una manera muy espontánea, a la veneración de las llagas de Jesús Crucificado. Es una ampliación de la veneración al Corazón de Jesús. Trataré de detenerme cada vez más en esto" (Diario Espiritual de Juan XXIII, 18-23 de junio de 1923).
Habiéndose presentado al Papa el pequeño libro titulado "La Hna. María Marta Chambon y las Santas Llagas", el cardenal Gasparri, Secretario de Estado, escribía en nombre del Santo Padre el 18 de mayo de 1924: "El (el Papa) se ha regocijado con su lectura y desea de corazón que las virtudes y vida ejemplar de esta religiosa y verdadera sierva de Dios encuentren amplia difusión y sean conocidas en todas partes".
(Las citas anteriores, referidas al Diario Espiritual de Juan XXIII, y a Pío XI, se han tomado del libro "María Marta Chambon, Apóstol de las Llagas del Señor", de Antonie Weiss, editado por Fundación María Mensajera, Zaragoza, 2003).




Hna. María Marta Chambon (1841-1907), de la Orden de la Visitación de Santa María, monasterio de Chambéry (Francia).
María Marta Chambón era hermana lega en el monasterio de la Orden de la Visitación de Santa María, en Chambéry (Francia). Entre otras tareas, atendía el comedor de las niñas, la limpieza de algunas clases, y cuidaba de la huerta. También asistía a los actos propios de la comunidad.
Nació en 1841 y entró en el convento a los 18 años. Desde 1866 se le manifestó el Señor en numerosas ocasiones. En septiembre de 1867 le dijo el Señor:
"Yo te he escogido para hacer revivir en los actuales tiempos, tan difíciles, la devoción a mis Santas Llagas".


Libro: "La Hermana María Marta Chambon y las Santas Llagas de Nuestro Señor Jesucristo".

Libro de las religiosas de la Visitación de Santa María, editado primero en francés, y luego en español en el año 1924.
El libro tiene el "Imprimatur" del Sr. Arzobispo de Chambéry, y el "Imprimi potest" del Sr. Obispo de Santander.





La Hna. María Marta Chambon falleció en el año 1907.

En 1923 se publicó el libro en francés "Soeur Marie-Marthe Chambon de la Visitation Sainte-Marie de Chambéry et des Saintes Plaies de N.-S. J.-C.". En 1924 se publicó la edición española, y pronto ediciones en otros países.

En 1937 se introdujo en Roma la Causa de beatificación de la Hna. María Marta Chambon.




Este precioso libro fue publicado en francés en 1923 por las religiosas de la Visitación de Santa María, de Chambéry (Francia). La preparación de la edición española la hicieron en 1924 las hermanas de la Visitación de Santa María, de Santander, traduciendo directamente la edición francesa y añadiendo una introducción.
Nos parece importante que el libro haya sido escrito por las propias religiosas de la Orden de la Visitación de Santa María a la que pertenecía la Hna. María Marta Chambon, porque ellas podían disponer de mucha información y documentación. También es importante el "Imprimatur" concedido al libro por la autoridad eclesiástica, y el "Imprimi potest" del Obispo de Santander.

En las líneas que siguen, se trascriben algunas palabras del Señor a María Marta Chambón, tal como figuran en el libro.



EXTRACTOS - MENSAJES DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO 

"Una cosa me da pena: es que hay almas que miran la devoción a mis llagas con extrañeza, como despreciable, como una cosa que no conviene; por eso decae esta devoción y se la olvida.

En el Cielo tengo Santos que han tenido una grande devoción a mis santas Llagas; pero en la tierra no hay casi nadie que me honre de esta manera".

"Encerrada en tu clausura, debes vivir aquí abajo como se vive en el Cielo, amarme, rogarme sin cesar para aplacar mi venganza y renovar la devoción a mis santas Llagas.
Yo quiero que por esta devoción se salven, no solamente las almas que contigo viven, sino muchas otras también. Un día te pediré Yo cuenta si has tomado de este tesoro para todas mis criaturas".

"Yo te he elegido para hacer valer los méritos de mi santa Pasión para todos; pero yo quiero que siempre estés oculta. Es cosa mía el dar a conocer más tarde que por este medio el mundo se salvará. ¡Y también por las manos de mi Madre Inmaculada !...".

"Hija mía: Cada vez que ofrecéis a mi Padre los méritos de mis divinas Llagas, ganáis una inmensa fortuna. Sois semejantes a aquel que encontrara en la tierra un gran tesoro; pero como vosotras no podéis conservar esta fortuna, Dios la vuelve a tomar, y mi divina Madre también, para devolvérosla en el momento de la muerte y aplicar sus méritos a las almas que los necesitan; porque debéis hacer valer la fortuna de mis santas Llagas. ¡No hay que quedarse pobres, porque vuestro Padre es muy rico!... ¿Vuestra riqueza?... ¡Es mi santa Pasión!

¡El que está necesitado, que venga con fe y confianza, que saque constantemente del tesoro de mi Pasión y de los agujeros de mis Llagas!".

"Mi Padre se complace en el ofrecimiento de mis sagradas Llagas y de los dolores de mi divina Madre. Ofrecérselos, es ofrecerle su gloria, ofrecer el Cielo al Cielo.
¡He aquí con qué pagar, por todos los que tienen deudas! Porque ofreciendo a mi Padre el mérito de mis santas Llagas, satisfacéis por los pecados de los hombres".

"Hay que confiar todo a mis divinas Llagas y trabajar, por sus méritos, en la salvación de las almas".

"No hay que temer mostrar mis Llagas a las almas... ¡El camino de mis Llagas es tan sencillo y tan fácil para ir al Cielo!".

"Es necesario orar mucho para que mis santas Llagas se difundan en el mundo.
Mis santas Llagas sostienen al mundo. Largo tiempo será necesario para establecer esta devoción; trabajad en ello con valor".

"Sois obreras que trabajáis en el campo del Señor; con mis Llagas ganaréis mucho y sin trabajo.
Ofréceme tus acciones y las de tus hermanas, unidas a mis santas Llagas; nada puede hacerlas más meritorias ni más agradables a mis ojos. Hay en ellas riquezas incomprensibles, aun en las más pequeñas".

"¡Las almas que hayan contemplado y honrado mi Corona de Espinas en la tierra, serán mi corona de gloria en los cielos!".

"Yo concederé todo lo que se me pida por la invocación a las santas Llagas. Es necesario difundir esta devoción".

"Con mis Llagas y mi Corazón divino, podéis obtenerlo todo".

"Los que las honraren tendrán un verdadero conocimiento de Jesucristo".

"Cuando tengáis alguna pena, alguna cosa que sufrir, es necesario llevarlo pronto a mis Llagas, y la pena se suavizará".

"Cerca de los enfermos hay que repetir a menudo esta aspiración: '¡Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de vuestras santas Llagas!'. Esta oración aliviará al alma y al cuerpo".

"El pecador que diga la oración siguiente: 'Padre Eterno: Os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo para curar las de nuestras almas', obtendrá su conversión".

"Hija mía: Es necesario que desempeñes bien tu cargo, que es el ofrecer mis divinas Llagas a mi eterno Padre, porque de ahí ha de venir el triunfo de la Iglesia, el cual pasará por mi Madre Inmaculada".

"No se comprende lo que se pide al pedir su triunfo... Mi Iglesia no tendrá nunca triunfo visible".

"Cuando ofrezcáis mis santas Llagas por los pecadores, no hay que olvidar el hacerlo por las Almas del Purgatorio, porque hay pocas personas que piensan en aliviarlas".

"Voy a darte una ocupación: tu ofrecerás tus sufrimientos, en unión con los míos divinos, por las Almas del Purgatorio".

"¡Cuánto más hayáis contemplado mis Llagas dolorosas en esta vida, más las contemplaréis gloriosas en el Cielo!".

"¡Mis Llagas son eternamente para mi gloria y la vuestra! ¡En mis Llagas, en el fulgurar de estos cinco soles, es donde mis esposas deben reinar algún día! Los Bienaventurados que las contemplan desde hace ya siglos, aun no están saciados... las contemplarán siempre y gozarán de ellas siempre... ¡Ah, qué poca cosa es la tierra en vista de un tan gran bien!...".

"Estoy contento de veros honrar mis santas Llagas; ahora puedo derramar más largamente los frutos de mi Redención".

"¡Cuando sacáis de mis Llagas, aliviáis al divino Crucificado!".

"Las almas que no veneran mis santas Llagas, sino que por el contrario las ridiculizan, esas almas, digo: Yo las rechazo".

"Los pecadores desprecian el Crucifijo; tengo paciencia, pero día vendrá en el que Yo me vengaré".




La hermana María Marta Chambon, apóstol de las Santas Llagas.



La Madre superiora del monasterio de Chambéry, escribió en 1866:

"La hermana María Marta goza de la visión de Dios y conversa largamente con el Salvador, su Santísima Madre, nuestros fundadores, los ángeles y los santos ...".
A la hermana María Marta le fue revelado repetidas veces que, así como su hermana en religión Margarita María de Alacoque había sido escogida para revelar al mundo el amor y las riquezas del Corazón de Jesús, así ella lo había sido para hacer lo mismo con sus Llagas Santísimas.

San Francisco de Sales le dijo en cierta ocasión: "A mi hija Margarita le fue revelado el Corazón de Jesús; a mi pequeña María Marta, las Santas Llagas de Jesús".



(Santa Margarita María de Alacoque y María Marta Chambon son ambas de la Orden de la Visitación de Santa María, fundada por San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca Fremiot de Chantal).


Y la Stma. Virgen: "Tu santa hermana Margarita María ha reproducido en sí el corazón de mi Hijo para regalarlo al mundo. Y tu, hija mía, has sido elegida para ofrecer satisfacción a la justicia de Dios, ofreciéndole los méritos de la Pasión, sobre todo de las Santas Llagas, de mi único y muy querido Jesucristo".

Palabras del Señor a María Marta Chambon:

"Cada vez que ofrezcas a mi Padre celestial los méritos de mis Santas Llagas, ganas riquezas infinitas ... En la contemplación de mis llagas se encuentra todo, para sí y para los demás ... Yo garantizo conceder todo lo que se me pida por mis Santas Llagas".

En otra ocasión le dijo:
"¿Crees, hija querida, que yo puedo permanecer sordo a los que se encomiendan a mis Santas Llagas?"
Y se le apareció con sus Santas Llagas brillando como soles, especialmente las de la cabeza y del costado, de tal manera que apenas podía soportar su resplandor.
"Así las verás tu -le dijo- por toda la eternidad, por haberlas honrado aquí en la tierra".
Un día se le apareció Jesús y le enseñó esta oración:
"Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de tus Santas Llagas".
También le dio a entender cuánto le agradaba esta jaculatoria, qué gracias traía al alma y cuánto ayudaba, sobre todo, a los enfermos en sus necesidades espirituales y corporales.
Otra vez se le indicó que el ofrecimiento de su santa Pasión y de sus Llagas al Eterno Padre, le agrada inmensamente. Al pecador arrepentido se le concederá la conversión si repite con fe:
"Padre Eterno, te ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para que cures las llagas de nuestras almas"



Rosario de las Santas Llagas

(Por las cuentas pequeñas)

Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de vuestras Santas Llagas.

(Por las cuentas grandes)

Padre Eterno, yo os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las de nuestras almas.

(Al final, tres veces)

Padre Eterno, yo os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, para curar las de nuestras almas.
Hacia 1867-1868, y por voluntad expresa del Señor, las superioras establecieron en la comunidad el rezo diario del Rosario de las Santas Llagas. La Santa Sede concedió pronto a las religiosas de la Visitación 300 días de indulgencia por el rezo del Rosario de las Santas Llagas. El 16 de enero de 1924 y por indulto de la Sagrada Penitenciaría, estas indulgencias se extendieron a todos los fieles.



Bajarse la Devoción en formato PDF


 Cualquier consulta sobre esta bella devoción escribir a : januacoeli.puertadelcielo@gmail.com


A Dios gracias infinitas por esta revelación divina, por el cual posee la aprobación eclesiástica requerida para mayor garantía y ortodoxia de salvaguarda de nuestra santa fe.

A mayor gloria de Dios Uno y Trino , me despido. 

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